Nunca dejará de sorprenderme cualquiera de las mil-y-una maneras de combinar trenzas con colores, con gomas, con missangas, hilos, lana, artilugios plásticos y demás que a una madre, tía o abuela se le pueda llegar a ocurrir con tal de embellecer y mucho las pequeñas cabezas de las niñas de Xai-Xai. Y de Mozambique. Y de África.

La imaginación no tiene límites. Prueba de ello son los muchos tipos de peinado con los que nos alegran el día nuestras ahijadas. Y sí, aquí este es un territorio de exclusividad femenina. Porque los chicos van con el rapado anti-piojos de rigor. Y yo me pregunto ¿Las niñas no sufren de piojos?

Conseguir un buen resultado con uno de estos peinados se convierte en una ardua tarea que puede llegar a llenar varias horas, incluso días  de charla y paciencia debajo la mafureira. Pero si lo luces te habrás ganado el afecto extra de tus amigas y -muy importante- la autora de la obra de arte obtendrá respeto y estatus dentro de la pugna oculta por ser la peluquera más original del vecindario.

Y como una imagen vale más que mil palabras os dejo con algunos ejemplos creativos sacados de nuestra zona alegre de recreo. Podéis ampliar la foto para apreciar bien cada detalle.

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