[:es]

Llegué con 15 minutos de retraso y estaban todos esperándome. Antes de entrar en el patio de la casa donde se celebraba la fiesta, el maestro de ceremonias me recibió del brazo y me dijo que ya estaba todo organizado mientras me explicaba brevemente el protocolo. Un grupo de unas 20 mujeres con niños estaban sentadas en el suelo, debajo de la lona que nos protegería del sol intenso de mediodía, la mesa presidencial estaba vacía, un grupo de jóvenes trasteaba con el soundsystem para que el audio no fallara en toda la jornada. Otras mujeres y casi todos los hombres permanecían sentados alrededor de las mesas de apoyo. Todos me miraron con cara de alivio cuando llegué.

Blog - Fundación KhanimamboRebobinemos. Dos semanas antes entró Abilio al despacho con una invitación para que fuera a la fiesta de su 18 aniversario. Entró con la determinación de quien sabe que va a dejar de ser un niño dentro de poco, aunque en muchos aspectos ya dejó de serlo hace tiempo. Abilio cumplió los 18 en febrero pero ha tenido que trabajar y ahorrar mucho dinero para celebrar con toda su familia y amigos este día tan especial. Su primo, Admiro, ya tiene los 19 pero decidieron celebrarlo juntos, a saber, para repartirse los gastos. Lo único que me pedía, además de que fuera, era que llevara conmigo la cámara de vídeo para inmortalizar el evento.

Una vez saludados rápidamente los invitados, preparé los bártulos y me dispuse a grabar la salida triunfal de los dos muchachos homenajeados. La mujeres que estaban sentadas en el suelo empezaron a entonar cánticos y bendiciones al tiempo que  los padrinos de cada uno se situaban en la puerta para dar la bienvenida a sus ahijados. Y estos salieron. De puro impoluto. Traje y corbata. Verles así me causó bastante impresión ya que hasta el momento solo les había visto con el uniforme de la escuela o con la ropa calle. ¡Dos niños de Khanimambo vestidos de gala!

Blog - Fundación Khanimambo

Bajaron a paso lento las escaleras para sentarse codo con codo en la mesa presidencial de dónde ya no se moverían en todo el día. Su fiesta, para ellos iba a consistir en un acto puramente contemplativo, al menos hasta caer la noche. Y dieron comienzo las presentaciones. Los familiares más cercanos presentaron el acto en sociedad. Todavía no estoy familiarizado con el changana, el idioma local, pero entre todo el discurso entendí algunas cosas como cuando agradecían a todos la asistencia y cuando anunciaban que después de una breve oración (que resultó ser no tan breve) empezarían las esperadas actuaciones que, por grupos de amigos, se ensayaron para la ocasión.

Dos amigas de Abilio y Admiro les dedicaron sendas baladas románticas. Primero a palo seco (porque no funcionaba el equipo de música) y después (cuando lo arreglaron) con la música original de acompañamiento al estilo karaoke. Cuando terminaron les tocó el turno a dos amigos ataviados de chulo de barrio, con gafas de sol super-grandes, gorra americana de lado, pantalones caídos y balanceo corporal constante, que hicieron una interpretación bastante cutre de una canción de un conocido grupo de pop comercial local. Finalmente, un clásico de las celebraciones mozambiqueñas: el imitador de Michael Jackson. Sin duda el que tuvo más éxito. Se ganó los vítores y los aplausos de todo el público.

Cinco actuaciones más tarde, la fiesta bajó de tono y aproveché para apagar el vídeo y tirar algunas fotos hasta que me invitaron a sentarme ni más ni menos que enfrente de los afortunados.

Blog - Fundación KhanimamboEl banquete era abundante: ensalada, arroz y shima (masa espesa a base de harina y agua) con varios tipos de acompañamiento de ternera, pollo, pescado; y para rematar, ensaladilla rusa. La mesa, grande, en la que compartía mantel con padrinos, familiares cercanos y los más allegados estaba puesta y no tuve que levantarme para llenar el plato. El resto de gente iba y venía, en una procesión interminable, de las otras mesas al generoso bufet libre que se había habilitado al lado de la cocina.

El almuerzo se alargó unas dos horas y solo se dio por terminada cuando apareció el pastel. A partir de este momento todos los grupos de invitados pasarían a traer los regalos a los amfitriones. Cada clan familiar y grupo de amigos había preparado una canción especial para la entrega y los regalos consistían en juegos de vasos y vajilla general, cajas enteras de refrescos y cervezas, mantas, y por lo menos unas 50 cajas envueltas en papel brillante que solo Abilio y Admiro saben lo contenían pues las abrirían al terminar la fiesta. Esta es la parte que más me gustó por la originalidad de las canciones y porque con muchos de estos regalos los invitados contribuían con lo que podían a la fiesta.

Cuando cayó el sol dí por terminada la sesión de grabación. Felicité a los ya dos hombres otra vez, agradecí a toda la familia la invitación y me fui a casa paseando entre los laberintos de espinosas, con una agradable sensación de haber estado en una celebración muy auténtica, sintiéndome cada vez más integrado en esta sociedad. Y me alegré por Abilio y Admiro porque llevaban mucho tiempo esforzándose, ahorrando y preparando su paso a la vida de los adultos. Ellos son muy buenos estudiantes, me consta por los expedientes de la Fundación Khanimambo. Ahora veremos si están a la altura del traje y la corbata, cada día, con las acciones y decisiones que tomen a partir de hoy… Aunque, sinceramente, tratándose de ellos dos, lo último que quiero es ponerlo en duda.

[:en]I arrived 15 minutes late and they were all waiting for me…Before going into the patio of the house where the party was taking place, the master of ceremonies welcomed me and informed me that everything was already organized while he explained me briefly the protocol. A group of 20 women with children sat on the floor under the awning that protected us from the strong midday sun. The presidential table was empty. A group of teenagers was playing with the sound system so that the audio did not fail throughout the day. Another group of women and men were seated around the supporting tables. All of them looked at me relieved when I arrived.

mujeres sentadas en una fiesta en Mozambique

Let´s rewind. Two weeks before, Abilio came into the office with an invitation to attend the party for his 18th anniversary.  He came in with the determination of someone who knows that soon he will be anymore a child. Though in many aspects he had already changed Abilio was 18 in February. However he has worked and saved lot of money to celebrate such a special day along with his family and friends. His cousin, Admiro, is already 19 and both of them celebrated the birthday together, to share expenses. The only thing he asked me, besides attending the party, was to take the video camera to immortalize the event.

Once I greeted quickly all the guests, prepared everything and I started filming the triumphal exit of the two young men to whom a tribute was being paid. Women who were sat on the floor began to tune songs and blessings. At the same time, the godfathers of each of them went towards the door to welcome their godsons. And they appeared totally spotless, wearing tie and suit. I was really impressed to see them dressed in such a way as I had always seen them with their school uniforms and outdoor clothes. Two Khanimambo boys dressed for a gala!

Celebración mayoría de edad en Mozambique

They came down the stairs slowly and sat side by side in the presidential table, where they would stay all day. Their party would be a contemplative event, at least until nightfall. Introductions began. Closer relatives introduced the event . I am not still  used to changana, the local language. However I could understand something, when they thanked everyone their attendance and when they announced that after a short prayer (that turned to be not so short) the long-awaited performances would take place.

Two friends of Abilio and Admiro sang for them romantic ballads. First on its own (the sound system did not work) and afterwards (when it was fixed) with the original accompanying music, karaoke-style. When they finished, two friends, dressed like cocky guys, with very big sunglasses, American cap sideways, fallen jeans and with a steady body swinging, were next.  They made a rather stingy performance of a song from a well known pop music group. And finally a classic in every party in Mozambique: the imitator of Michael Jackson. This was without doubt the most successful event. Everybody clapped wildly.

After five performances, the party went stiller and I turned the camera off and threw some pictures. They invited me to sit no less than in front of the lucky ones.

Tarta de cumpleaños en Mozambique

The feast was abundant: salad, rice and shima (special dough based don water and flour), several types of beef, chicken and fish. And to finish off, Russian salad. I sat along with the godfathers, closer relatives, and did not have to get up to fill the plate. The people went and came, from their tables to the abundant buffet, placed next to the kitchen.

Lunch was prolonged two hours approximately and finished just when the cake appeared. From that moment on, guests would come to give the presents to the hosts. Each relative group and friends had prepared a special song. Presents consisted on set of glasses, dinner services, soft-drinks and beer boxes, covers and at least 50 boxes wrapped up with shining paper. Only Abilio and admire knew the content of these boxes as they would open them at the end of the party. This is precisely the moment I liked the most, because the songs were really original and because many of the guests with their presents contributed to the party.

When the sun went down, I finished the recording. I congratulated the two men again, thanked all the family for having invited me, and went home crossing the prickly labyrinths, with a nice feeling after having been in an authentic party. I felt more and more integrated in this society. I was really glad for Abilio and Admiro since it was long since they had been saving and preparing for taking a step forward to the adult life. They are good students as the Foundation Khanimambo files confirm. Future will just reveal whether they are at the height of the suit and tie every day, with the actions and decisions they adopt. Although this is the last thing that I would like to question, since I know them.[:ca]Vaig arribar-hi 15 minuts tard i resulta que m’estaven esperant. Abans d’entrar al pati de la casa, on s’hi celebrava la festa, el mestre de cerimònies em va rebre del braç i em va fer saber que ja estava tot organitzat mentre, breument, m’explicava el protocol. Un grup d’unes 20 dones amb nens s’asseien al terra, sota la lona que ens protegiria del sol intens del migdia. La taula principal era buida, un grup de joves grapejava el soundsystem perquè l’audio no fallés en tota la jornada. Les altres dones i quasibé tots els homes s’asseien al voltant de les altres taules. Vaig notar que tots em miraven amb cara d’alleujament.

mujeres sentadas en una fiesta en Mozambique

Rebobinem una miqueta. Dues setmanes abans l’Abilo va entrar al despatx amb una invitació perquè anés a la festa del seu 18è aniversari. Va entrar amb la determinació de qui sap que en poc temps deixarà de ser un nen, tot i que en molts aspectes ja fa temps que va deixar de ser-ho. L’Abiliova fer els anys el febrer però ha hagut de treballar i estalviar molts diners per celebrar aquest dia tan especial amb tota la família i els seus amics. El seu cosí, l’Admiro, ja en té 19 d’anys, però van decidir celebrar-ho conjuntament, a saber, per repartir-se les despeses. L’única cosa que em demanava, a més a més de que hi anés, era que portés la càmera de video per immortalitzar l’esdeveniment.

Un cop vaig haver saludat ràpidament els convidats, vaig preparar els estris i em vaig disposar a gravar la sortida triumfal dels dos nanos. Les dones que seien al terra van començar a entonar càntics i bendicions mentre els padrins de cada un es situaven a la porta per donar la benvinguda als seus fillols. I llavors van sortir. Impol·lutament. vestit i corbata. Veurel’s així haig de reconèixer que em va causar bastanta impressió ja que fins llavors només els havia vist amb roba de carrer o, com a molt, amb l’uniforme escolar. Dos nens de Khanimambo vestits de gala!

Celebración mayoría de edad en Mozambique

A pas lent, van baixar els esgraons per seure, colze a colze, a la taula presidencial d’on ja no es mourien en tot el dia. la seva festa, per ells consistiria en un acte purament contemplatiu, almenys fins ben entrada la nit. I van començar les presentacions. Els familiars més propers van ser els encarregats de presentar l’acte en societat. Encara no m’he familiaritzat gaire bé amb el changana, la llengua local, però vaig entendre, enmig del discurs, algunes coses com quan agraïen a tots l’assistència i quan anunciaven que després d’una breu oració (que va resultar no ser tan breu) començarien les esperades actuacions que, per grups, s’havien preparat per l’ocasió.

Dues amigues de l’Abilio i l’Admiro els hi van dedicar amdues balades romàntiques. primer a seques (perquè no funcionava l’equip de sò) i més tard (quan el van arreglar) amb la música original d’acompanyament com si fos un karaoke. Tot seguit van tenir el torn dos amics, vestits de xulos de barri, amb ulleres de sol hiper-grans, gorra americana de costat, pantalons per caiguts fins sota les cuixes i balanceig corporal constant. Van dur a terme una interpretació bastant cutre d’una cançó d’un reconegut grup de pop comercial local. Finalment va arribar el moment més esperat, un clàssic de les celebracions moçambiqueses: l’imitador de Michael Jackson. Sens dubte qui va tenir més èxit. Es va endur tots els mèrits i aplaudiments del públic.

Cinc actuacions més tard, la festa va baixar de tò i vaig aprofitar per apagar el video i tirar algunes fotos fins que amablement em van convidar a seure davant, ni més ni menys, que dels afortunats.

Tarta de cumpleaños en Mozambique

El banquet va ser abundant: amanida, arròs i shima (una massa espessa a base de farina i aigua) amb varis tipus d’acompanyament de vedella, pollastre, peix i per rematar-ho ensaladilla russa.  La taula, gran, en la que hi compartia estovalles amb els padrins i familiars de primer rang, estva parada i plena de menjar. Motiu pel qual no em vaig haver d’aixecar per omplir el plat. Els demés convidats, anaven i venien, en una precessó interminable de les altres taules al buffet lliure que s’havia habilitat prop de la cuina.

El dinar es va estirar unes dues hores i només es va donar per finalitzat quan va apareixer el pastís. A partir d’aqull moment ens vem aixecar i tots els grups de convidats passarien a portar els regals als amfitrions. Cada clan familiar i grup d’amics havia preparat una cançó especial per fer l’entrega i els regals consistien en jocs de vasos i vaixella general, caixes senceres de refrescos i cervesa, mantes i com a mínim unes 50 caixes embalades en paper del més brillant que només l’Abilio i l’Admiro saben el que amagaven ja que les obririen al finalitzar la festa. Aquesta és la part de la festa que més em va agradar, per l’originalitat de les cançons i perquè amb molts d’aquests regals, els convidats contribuïen com podien a la festa.

Quan ja s’amagava el sol, vaig donar per finalitzada la sessió de grabació. Vaig felicitar als ja dos homes una altra vegada, vaig donar les gràcies a tota la família per haver pensat en mi i haver-me convidat i me’n vaig tornar a casa passejant entre laberints d’espinoses, amb una sensació agradable d’haver estat en una celebració molt autèntica i sentint-me cada vegada més integrat en la societat local. I em vaig alegrar molt també per l’Abilio i l’Admiro perquè portaven molt temps esforçant-se, estalviant i preparant el seu pas a la vida dels adults. Ells son molt bons estudiants, ho sé pels expedients de la Fundació Khanimambo. Ara falta veure si estan a l’alçada del vestit i la corbata, cada dia, amb les accions i decisions que prenguin d’ara en endavant… Tot i que, sincerament, tractant-se d’ells dos, l’última cosa que vull és posar-ho en dubte.[:]