Nuestro Programa de Salud forma parte de un plan ambicioso. Apoyar a las niñas adolescentes de Khanimambo a frenar de una vez por todas el machismo imperante en el que se ven envueltas y hacerlo en un país en el que por norma general, hasta ahora, lo que se espera de ellas es que cumplan con las tareas domésticas. Y las preparan para que, cuando sea el momento y salgan de casa, den la talla al servir a la familia de su novio.

¿Servir?

. Este es el esquema clásico. Chica joven conoce a chico joven en la escuela. Empiezan a salir. Están juntos durante un tiempo y por ello deben hacer una presentación a las respectivas familias para demostrar que son pareja estable. A partir de este momento, si ella se quedase embarazada, él se responsabilizaría sobre la paternidad. Eso puede -y suele- ocurrir, normalmente más temprano que tarde y, entonces, ella se mudaría a casa del chico joven bajo la tutela de sus nuevos suegros. A estos pasa a llamarles mamá y papá y trabaja para ellos haciendo todas las tareas domésticas de su nueva casa. Y aquí se acaba la historia. No volverá a estudiar, pues no tendrá tiempo para eso.

Un embarazo prematuro se convierte en el inicio de la historia del Lar.

En Khanimambo, y lo decimos de forma abierta y sincera, trabajamos para que rompan con esta dinámica de exclusión de género.

Conocemos el terreno para hacerlo y lo abonamos con sensibilización, conocimiento y fortalecimiento de la autoestima. Promovemos el compromiso con su futuro profesional y contagiamos ilusión por alcanzar una vida diferente, sin ataduras. Es necesario alejarles a ellas y a ellos de las telenovelas fantasiosas y mostrarles la cruda realidad. Que sean conscientes de todo lo que se van a perder en su vida si entran en el Lar.

Durante los últimos nueve años hemos aprendido y entendido cuál es la clave para conseguir realmente hacerles sentir este cambio como suyo. Y esta clave se llama Feminismo.

Para reducir el dominio machista debemos alzar la voz hacia una era feminista nueva en Xai-Xai. Hay un trabajo necesario y bonito por delante, hay modelos a seguir y el reto es promover y difundir el alzamiento de la mujer ajena a la esclavitud sexual, doméstica e intelectual. No es imposible, y por eso estamos seguros del camino que hemos emprendido con ellas.

Esto no se consigue en dos días y el viaje promete ser largo y apasionante. Ya vemos como las niñas de Khanimambo quieren ser diferentes. Quieren estudiar, quieren que se les tenga en cuenta en la comunidad, quieren evitar los embarazos y, ante todo, los abortos clandestinos. Quieren tener más acceso a métodos anticonceptivos y que sus chicos no se nieguen a usar el preservativo porque “huele mal”. Quieren tomar la iniciativa sobre su mente y sobre su cuerpo. Quieren renovar y modernizarse en todos los aspectos. Saber elegir lo que es mejor para ellas.

Uno de los pequeños pasos que hemos dado en esa dirección ha sido la aceptación de un nuevo reto. Sin miedo. Algunas han empezado a usar la copa menstrual. Han probado este método de recogido de la menstruación como alternativa a las compresas de tela. En casa, no hay dinero para un gasto mensual de tampones ni compresas y en Khanimambo financiamos compresas pero el gasto va en aumento, así que les hemos propuesto una alternativa más económica y, sin duda, más moderna que las compresas de tela.

¿Por qué no? dijo Blauntina. Probemos, A lo que Sandra añadió enseguida: mándalos venir por favor tía Alexia.

No debemos tener miedo, y no queremos que niñas y mujeres de Khanimambo lo tengan. Si existe en el mercado una opción para mejorar nuestra calidad de vida, intentemos que llegue a las niñas de Khanimambo!

Así es cómo acudimos a la empresa británica Mooncup. Y su respuesta ha sido maravillosa. Nos hacen un descuento del 76% por las copas. Hemos empezado con un pedido de cinco copas para probar entre las mayores y, si gusta, haremos otro de 35.

Si te apetece financiar esta iniciativa, puedes escribirnos y te diremos en el punto en que nos encontramos del proceso.