Un pacto de solidaridad nace entre los niños de Khanimambo y de PECAS

Hace unos meses, la guardería PECAS nos hizo una propuesta inestimable para los niños de Khanimambo: invitar a sus alumnos a vivir una semana increíble, especial, enfocada a la educación en valores. Todo, en pleno campamento de verano donde suelen acudir. En ese espacio que les acoge con tanto cariño y en el que se pasan el día viviendo sus primeros veranos y conociendo a nuevos amigos, descubriendo la alegría de compartir juegos colectivos y aprendiendo a ser un niño feliz cada día.

Dentro de esas semanas mágicas que organiza la guardería, la dirección de PECAS nos invitó a reunir a los niños y a las niñas para que compartan una experiencia única: la de acercarse a la realidad de nuestros niños en Xai-Xai.

Con Mercedes, llegamos a este día llevando con nosotras varios donativos de felicidad de los niños de Khanimambo. Pasamos y comentamos todos juntos fotos que ilustraban sus vidas, sus necesidades y sus sonrisas. Sus sueños.  Las reacciones fueron intensas: los niños intervinieron generosamente, con espontaneidad, ingenuamente, con autenticidad.

A pesar de ser tan pequeños, demostraron su entusiasmo en participar, en entender la realidad de los niños de Xai-Xai. Y demostraron también un sentido de responsabilidad muy desarrollado, con una capacidad de abrirse a un mundo tan distinto del suyo y tan lejano. Un mundo lleno de desigualdades, de injusticia pero que, sin embargo, a pesar de todo, un mundo en el que aprendieron que los niños de Xai-Xai son como ellos, compartiendo las mismas alegrías que puntúan su infancia, y que les permite establecer lazos.

Además, tuvimos la sorpresa de descubrir que su deseo en comprometerse con los niños de Khanimambo se había materializado mediante un pacto de solidaridad con el cual prometieron ayudarles cuando sean mayores. Mientras tanto, nos dijeron, contarán a sus papás lo que han hecho. Ese intercambio de felicidad destinado a nuestros niños, fue una lección de humanidad y de solidaridad ejemplar.

Aprovechamos esta ocasión para mandar un grandísimo KHANIMAMBO a PECAS, al equipo y, especialmente, a su directora María-Jesús Martínez  por habernos dado esa preciosa oportunidad de consolidar importantísimos vínculos entre los pequeños de aquí y de allí, en Mozambique, tan vitales para el futuro de nuestros niños.