Carta que nos llega de Jorge Duce Marín (Tío Duce). Monitor con Natuaventura y Coordinador del Curso de Verano de Khanimambo en dos ediciones.

Como si de lo que podríamos llamar el “refranero moderno” se tratase, la frase “no todos los héroes llevan capa” se ha colado como una expresión comprendida por todos para referirnos a todas esas personas que por su labor habitual o acción concreta, merecen el adjetivo de “héroes”. Yo mismo siempre he visto a mi propia madre como una heroína sin capa, por llevar a cabo su duro trabajo en un centro de atención a personas discapacitadas de la manera que lo hace, y tener energías –aunque cada vez se agoten más- para muchas más cosas.

Tío Duce en la playa en actividades del Curso de Verano. / Foto: Micky Vicario

Al pensar en la celebración del décimo aniversario de Khanimambo he hecho un repaso mental de algunos de mis recuerdos en Praia de Xai-Xai con los niños y compañeros de la Fundación, así como con las familias y todos aquellos que forman parte, tanto de esa preciosa comunidad como de Khanimambo. Y con todo ello revoloteando por mi cabeza me he decidido a escribir unas letras explicando por qué Alexia, sin duda, es una de esas heroínas que no necesitan capa; no la necesita. Alexia tiene todos los poderes que todo bien superhéroe precisa, y algo que se aleja de los personajes taciturnos y retorcidos que los encarnan: una sonrisa que la acompaña siempre y que transmite más de lo que ella misma piensa.

Alexia no vuela; pero ha hecho que muchos jóvenes –ahora jóvenes, antes niños- de Mozambique vuelen más alto de lo que nunca hubieran podido imaginar, y por duro que suene, que consigan metas que sin la ayuda de Khanimambo nunca habrían llegado a conseguir. Que los sueños de los jóvenes vuelen porque ahora sí saben que pueden conseguir lo que se propongan. Y por qué no, volar literalmente, en un avión, camino de cumplir el sueño de estudiar en España, como hizo hace unos meses Ernesto.

Ernesto Damião, de la Fundación Khanimambo en España

Alexia con Ernesto en Aeropuerto de Lisboa

Alexia no tiene la superfuerza de la que algunos héroes de cómic hacen gala; pero tiene más fuerza interior que ninguno de ellos. Fuerza que le ha hecho superar durante diez años todos los baches, problemas, obstáculos y dramas que se le han puesto por delante, que pocos no han sido. Y además, de hacerlo siempre con la sonrisa y la entereza que siempre muestra. O la fuerza –habrá quien lo llame amor- para luchar hasta el final por Rael, “la niña de sus ojos”.

Alexia no tiene supervisión de ningún tipo; pero su perspicacia y conocimiento Xai-Xai la hacen detectar los problemas de muchos de ahijados de Khanimambo sin necesidad de que nadie se lo cuente. Y los problemas en Mozambique suelen ser problemas de verdad, no como los que tenemos aquí en España, por lo que descubrirlos y anticiparse a ellos es, sin duda, otro de sus poderes.

Alexia sí tiene uno de los valores que estos personajes representan en ocasiones; la humildad como bandera. Incluso ahora, en el décimo aniversario de la Fundación, no ha tenido un momento ni una palabra de autocomplaciencia. No se ha mostrado como la verdadera artífice de todo lo que Khanimambo logra ni ha pensado, nada más lejos de la realidad, que ya ha hecho gran parte del camino. Al contrario, sólo piensa en cómo ayudar más y a más gente. Y todo ello con esa humildad que la hace querer estar cerca de todos los que forman Khanimambo de una u otra manera; desde los voluntarios hasta los padrinos, desde las familias hasta cada niño. Humildad además compartida y transmitida a todos los niños de la Fundación para que sepan que sin ella, no llegarán tan lejos como piensan.

Alexia no tiene capa, no, pero no la necesita. Nadie en Praia de Xai-Xai duda de que sea una heroína, que un día hace ya diez años dejó todo para irse a Mozambique y ha cambiado la vida de cientos de personas allí. Nadie que haya estado en la Fundación Khanimambo y haya conocido de primera mano la labor que esta ONG hace tampoco dudará de ello, igual que aquellos que hayan visto la energía y la pasión que Alexia desprende cuando habla de los niños de Khanimambo. Alexia no tiene capa, pero es una heroína de los pies a la cabeza. Yo no he conocido otra igual. Y ya que hablamos de niños, como dirían ellos… “Por mí y por todos mis compañeros, GRACIAS HEROÍNA”.

Tío Duce (que escribe estas líneas) y Tío Nacho en el Curso de Verano de 2014