Qué divertido es ver a estos niños convertirse en adolescentes. ¿Cuándo ha ocurrido? ¿Cuándo han escogido su estilo?
Debió de ser mientras elegía cada uno sus piezas de ropa de principio de temporada. ¿Dónde quedaron sus risas descontroladas? Veo cómo a alguno ahora le avergüenza mostrarse abiertamente, como es, no vaya a quedar mal delante de la chica que le gusta. ¿Y esas voces de hombre? ¡Si hace dos días chillaban sin parar con su peonza en la mano!
Dersia en el descanso / Foto: Eric Ferrer
Andan medio bailando, algunos se estiran más de la cuenta para parecer más altos, otros que ya lo son se agachan para no parecerlo demasiado. Quieren ir a la moda con lo poco que tienen y todos ellos hablan del Facebook o del sábado por la noche.
¿Qué les diferencia de mi a su edad?, me pregunto al oírles cuchichear sobre el fin de semana. Nada o mucho, pues quieren ser adolescentes libres y en eso somos iguales, quieren volar hacia su propia personalidad sin dejar rastro de imposiciones u obligaciones familiares, pero ninguno que tenga familia se permite el lujo de volar demasiado lejos. Porque respetan a la familia de una manera diferente.
Hoy es todavía una incógnita saber cómo van a acabar nuestros niños adolescentes, ¿qué clase de adultos serán? Esa es la respuesta que quiero tener. Muchos de ellos, que eran pequeños hace 8 años cuando llegué a Xai-Xai, son hoy unos adolescentes volcados en marcar su talante. Falta ver si todo lo que Khanimambo les está aportando en educación, en valores y en apertura de mente les lleva a una madurez responsable y comprometida. Falta ver cuántos de estos niños – hoy casi hombres – alcanzan una independencia plena en pensamiento y actuación, cortando así el cordón umbilical con sus orígenes pobres.
Ahijados con el móvil / Foto: Eric Ferrer
Porque por el camino se han quedado algunos. NO es fácil tener el estatus de adolescente en Khanimambo. Porque tenerlo significa que no has dejado embarazada a tu novia o no has querido ser madre antes de tiempo. Significa que los estudios han tenido prioridad sobre las diversiones (las que distraen) o que el respeto por las normas puede a la incontrolable voluntad de marcar tus primeras decisiones.
Admiro a todos ellos. Valoro muchísimo su capacidad de inventarse con tan pocos recursos, me asombra su firmeza por conseguir cumplir con lo que se les pide en Khanimambo y, por encima de todo, deseo que cada uno de ellos llegue lejos y tengan continuidad, en la forma que ellos elijan, de lo que entre todos nosotros les hemos querido ayudar.
