Nos hemos adaptado a vivir sin prisa

y a las pantallas como fuente de lo que nos alimenta fuera de casa.

Hemos dejado de rellenar la agenda

y nuestras casa está más limpia que nunca.

Cambiamos de estación sin planes de viajes

y en las noches más largas,

la libertad que tuvimos nos parece que fue una utopía.

¿Será que éramos nosotros?

¿Vivimos aquella vida?

Y las fotos nos confirman

que efectivamente existieron tiempos diferentes.

Sin embargo,

hay algo que nos está costando más que nada.

¿Recuperaremos los abrazos?

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Nos hemos adaptado a vivir sin prisa y a las pantallas como fuente de lo que nos alimenta fuera de casa. Hemos dejado de rellenar la agenda y nuestras casa está más limpia que nunca.Nos hemos adaptado a vivir sin prisa y a las pantallas como fuente de lo que nos alimenta fuera de casa. Hemos dejado de rellenar la agenda y nuestras casa está más limpia que nunca.