Hace ya dos meses llegaron a Mozambique Tía Itziar y Tía Laura con la maleta llena de energía e ilusión para conocer de cerca nuestro trabajo. Ahora ya se han dado cuenta de que esta experiencia va más allá que un simple voluntariado y que lo que han encontrado es una gran familia de la que ya forman parte.

No se conocían y se han entendido a la perfección. Pasean por Praia de Xai-Xai como si fuesen amigas de toda la vida, casi hermanas. Esto es uno de los efectos de Khanimambo, une las personas de forma mágica.

Laura e Itziar conversando en un momento de descanso.

Tía Itziar es enfermera, madrileña de nacimiento y que dejó Londres, donde ha estado trabajando los últimos años, para intentar rehacer su vida en España. Antes decidió tomarse un tiempo y venir a visitar la Fundación Khanimambo de la que tanto le había hablado su gran amiga, María Colao. Esta semana terminó su experiencia como enfermera del Programa de Salud y está feliz y triste al mismo tiempo. Feliz de haberlo vivido, triste por tener que irse.

Itziar, ¡no te preocupes! la semilla de Khanimambo está dentro de ti y ya has comenzado a transmitir todo lo que somos. Vuelas llena de energía para afrontar lo que te propongas y siempre estarás presente en el Centro Munti. A través de tu apadrinamiento, los de tu familia, de todos los amigos a los que les hables de nosotros y por supuesto, de los recuerdos que has dejado en todo el equipo.

Tía Laura llegó desde Colombia y nos había conocido a través de Internet mientras investigaba sobre fundaciones que realizaran su trabajo en África. Ha venido para inspirarse e intentar fundar en su tierra un proyecto relacionado con la infancia. Nos parece maravilloso su interés por aprender y la recibimos encantados como voluntaria de educación. Todo ha sido positivo desde que ha llegado! Nos gusta mucho pensar que en un futuro pueda existir un Khanimambo en otro lugar del mundo y que hemos contribuido a ello compartiendo nuestra experiencia y sistemas de trabajo.

Samira, ejercitando con Tía Rita.

Tía Laura afrontará su recta final acompañada de Tía Rita, que acaba de llegar a nuestra enfermería directamente desde Portugal, para atender a niñas, niños y por supuesto, a gran parte de la comunidad. Ella es fisioterapeuta y está llevando a cabo un trabajo sanitario de gran valor.

Como veis, vienen y van y su esencia queda impregnada en el Centro Munti. Del mismo modo, un trocito de Khanimambo viaja de vuelta con ellas y les acompaña para siempre, es algo que hemos comprobado a lo largo de los años y cada vez estamos más convencidos.

Gracias a todas por compartir una parte de lo que sois con nosotros.

¡KHANIMAMBO!