¿Quiénes son los manus en Khanimambo? Técnicamente, son aquellos ahijados que durante su paso por Khanimambo se han quedado huérfanos de padre y de madre. En el lenguaje de Khanimambo son los ahijados que por circunstancias de la vida van a tener que aprender a sobrevivir más rápido y sin el amparo y el calor de su familia biológica.
¿Significa eso que van a tener menos oportunidades que los demás? No. ¿Significa que no van a crecer en un entorno familiar estable? Tampoco. Por eso Khanimambo les apoya con el Proyecto Manu, fuertemente implantado en el sistema de ayuda que ofrecemos. Los manus pueden pasar a vivir con un familiar cercano, con una vecina que se hace cargo de ellos o, también, pueden seguir viviendo solos o con sus hermanos si la edad y las condiciones lo permiten.
En Khanimambo reciben una ayuda extra en forma de cesta de comida cada dos semanas que los demás ahijados no reciben. De ahí, a veces, la tentación de algunos cuando piensan que eso puede ser un privilegio. Nada más alejado de la realidad.
La verdad es que para recibir esta ayuda no basta ser huérfano. Esta no es la filosofía de Khanimambo. De hecho no es correcto llamarle «ayuda» a esta retribución que reciben después de realizar algunas tareas en el Centro Munti. No estaríamos educándoles si les enseñásemos que por su orfandad tienen derecho por encima de otros a recibir más comida, como sí hacen otras organizaciones.
El Proyecto Manu fue todo un aprendizaje para mi. Aprendí a valorizar el esfuerzo que hacían muchas personas para mi bienestar y también que cuanta más ayuda ofrecemos, más recibimos de vuelta, eso fue muy importante para ser quien hoy soy.
Aquí la idea es que sientan que reciben lo que merecen más por formar parte de una familia, participando y colaborando -no por el hecho de trabajar- en ella, que no por su condición de orfandad. Así que en función de sus posibilidades y de su tiempo libre los manus forman parte del engranaje activo del centro Munti y reciben lo que es suyo, que es comida y algunos bienes extra.
El caso es que costó mucho dar con una fórmula adecuada a través de la cual consiguiéramos cubrir sus necesidades más evidentes sin generar diferencias en su entorno social y sin que se acostumbraran a recibir por recibir, algo de lo huímos en nuestro modelo de cooperación al desarrollo.
Ahijados como Aquino, Ernesto o Isabel (Belinha) pasaron en su día por la experiencia de ser manus. Hoy Aquino sigue estudiando su licenciatura en Maputo, Ernesto en España y Belinha está trabajando en Khanimambo de educadora mientras se prepara para el exámen de corte para la carrera de medicina.
Al preguntarle a Belinha sobre lo que significó ser mana en el pasado responde: «El Proyecto Manu fue todo un aprendizaje para mi. Aprendí a valorizar el esfuerzo que hacían muchas personas para mi bienestar y también que cuanta más ayuda ofrecemos, más recibimos de vuelta, eso fue muy importante para ser quien hoy soy».
Tu ayuda es muy importante para mantener este proyecto que tan buenos resultados ha dado y sigue dando a día de hoy.