«¡Este curso hemos entrado 49 alumnos nuevos a Khanimambo!
El Centro Munti es enorme. Cabemos hasta 300 niños y niñas. Cuando mi abuela vino a solicitar mi entrada y la de mi hermano yo pensaba que nunca conseguiríamos entrar pues nosotros estábamos siempre enfermos y no teníamos ropa nueva como los niños que iban a Khanimambo.
La Fundación Khanimambo conoce bien las necesidades que hay en Xai-Xai. Para entrar, o bien nos acercamos al Centro Munti para explicar nuestra situación, o bien nos conocen durante las visitas que realizan los técnicos por donde vivimos las familias de Khanimambo. Es básico que queramos estudiar. Dicen que es lo más importante para que se aproveche la ayuda que ofrecen.
El primer paso es inscribirnos entre el 1 el 15 de octubre en la secretaría del Centro Munti, y eso hizo mi abuela. Tío Ismael nos hizo rellenar un formulario muy largo. Después recibimos la visita de tía Alexia a nuestra casa y se dedicó a mirar con lupa todo lo que nos rodea. Charlamos de nuestras dificultades y nos pidió que hicieramos un dibujo (que cosa más rara) para concluir si realmente necesitábamos la ayuda y si la íbamos a aprovechar. Esto me pareció un poco extraño, pues ¿como no aprovecharla? También nos visitó Fátima, la madre jefa de mi zona para interesarse por nuestra situación.
Tengo algún amigo que ya venía a Khanimambo y siempre me decía que en Khanimambo son muy estrictos y que todos los años hay alumnos que se van a medio curso. Ahora me he enterado que los motivos de salir de Khanimambo pueden ser varios. Puede que vayas a continuar tus estudios a una Universidad, lejos de Xai-Xai, puede que crezcas y encuentres trabajo, puede que tus encargados se cambien de domicilio, puede que no consigas seguir el ritmo y abandones. ¡Hasta puede pasar que te expulsen si infringes las normas repetidamente!
A mediados de enero se publicó la lista de los nuevos alumnos del Centro Munti. Fue un día muy especial para mi y mis hermanos porque todos queríamos conseguir la plaza y corrimos al amanecer para ver si nuestro nombre constaba en las listas que cuelgan de la ventana de la secretaría. Nosotros tuvimos suerte y nuestra familia firmó un acuerdo de compromiso aceptando las normas de funcionamiento del Centro y se comprometió de este modo con nuestra educación.
Una semana después ya recibimos el uniforme para empezar el curso. Los ahijados en Khanimambo recibimos muchísimas cosas, por esa razón nos han dicho que tenemos tres padrinos, así logramos tener las necesidades básicas cubiertas. Por ejemplo, tú puedes cubrir mis gastos de nutrición, otro padrino los de educación y una madrina se hace cargo de la atención sanitaria a la que todos los ahijados tenemos acceso en Khanimambo.»
Este texto es ficción y lo hemos escrito nosotros pero bien podría ser el pensamiento de un nuevo ahijado de Khanimambo ya que creemos que refleja un poco el sentir general de los que entran por primera vez en el Centro Munti.
Nos alegra ver que los resultados año tras año son satisfactorios y que el nivel educativo sube. También constatamos que gracias a las normas (dificiles de seguir por algunas familias) y al compromiso con ellas, los niños vienen más aseados, con más ganas de aprender, mejor alimentados y más saludables, en general.
Por eso damos la bienvenida y nos alegramos muchísimo de recibir a estos 49 nuevos alumnos que estamos deseando aprovechen al máximo todo el amor que les podemos ofrecer e iniciar este camino de solidaridad con ellos y sus familias.