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Que la primera entrevista de 2013 sea a Gil Mucavele no es casualidad. Él nos ha felicitado el año de la mejor manera que sabe, componiendo una canción para acompañar el donativo de felicidad de las gafas para ver un mundo mejor. Gil, para los que todavía no lo conocéis, es el chico que toca la guitarra en este video.

Entró en la Fundación Khanimambo en el año 2008 después de un periplo personal bastante peculiar. Y es que Gil es peculiar, a nadie deja indiferente. Inteligencia, creatividad y motivación le sobran. Tanto, que su máximo interés es transmitir, educar y compartir todo lo que sabe con sus colegas de la universidad y, sobretodo, con sus hermanos de Khanimambo. ¿Algún defecto? Es un poco despistado y no muy puntual pero teniendo en cuenta el ritmo de vida que lleva es algo totalmente excusable.

Buenos días, ¿Quién es Gil Mucavele?

Hola a todos. Gil Mucavele es un niño huérfano que siempre ha luchado para salir adelante.

¿Un niño de 22 años?

Es que me acuerdo mucho de la infancia. Mis padres nos cuidaban muy bien y nos dieron una buena educación. Llegamos a ser 5 hermanos aunque a una nunca la conocí y otra murió muy pequeña. Ananías es con quien más he vivido. Nos llevamos solo dos años y siempre hemos ido juntos a todas partes.

¿Qué más recuerdas de tu infancia?

Mi padre era operador de máquinas pesadas, de esas que sirven para construir carreteras y labrar los campos. Mi madre tenía huertas muy grandes que producían hortalizas y legumbres. Nos iba todo realmente bien. Los domingos íbamos a la iglesia y pasábamos el día juntos bailando, cantando, comiendo… llegábamos a casa muy tarde y cansados de tanto jugar. Éramos felices.

¿Qué fue lo que alteró esta felicidad?

En 1997 mi padre se fue a trabajar a Swazilandia y no volvió. Pasamos cuatro años muy tristes que culminaron con la enfermedad y muerte de mi madre después de las inundaciones. Por entonces yo tenía 10 años, Ananías 8 y mis otros hermanos ya se habían ido de casa. Nos quedamos completamente solos.

¿Habéis tenido alguna noticia más de vuestro padre?

Si, sabemos que está vivo porque hay gente y algún vecino que lo ha visto pero él nunca ha vuelto a casa.

¿Qué pasó entonces Gil? Cuéntanos.

Teníamos una vecina que nos obligaba a ir a la iglesia todos los días. Insistía muchísimo. Yo callaba y hacía todo lo que ella me decía porque nos traía comida. Ahí en la iglesia conocí al padre Jesús que era español. Él me dio mi primer trabajo, arreglaba el jardín de la iglesia a cambio de 250 meticales mensuales (unos 7 euros). También se encargó de matricularme en una escuela privada donde cursé el octavo curso. Pero un año más tarde volvió para España.

Y te quedaste otra vez desamparado…

No, el padre Jesús antes de irse me presentó a unas monjas y yo pasé a ir de la iglesia al convento. Allí aprendí a trabajar con disciplina. Cosía, construía con cemento, limpiaba, hacía de jardinero, ¡cualquier cosa que me pidieran! También es verdad que gracias a esta etapa empecé a tener algunas nociones de informática. Siempre que podía iba a los ordenadores a aprender un poco. También cocinaba para los más pequeños y empecé a tocar la guitarra.

¿Te gustaba esta vida con las monjas?

Bueno, aprendí muchas cosas, pero ¿sabes?, me pasaba todo el día trabajando para ellas y claro… no me pagaban nada. Me ponían solo un plato de comida. Así pasé mucho tiempo y poco a poco iba haciendo mis cosas. Al cabo de un par de años me inscribí en la Escuela Secundaria Joaquín Chissano para reemprender los estudios. Los días eran una locura. Me levantaba a las 5 de la mañana y preparaba la comida para Ananías y para mí. A las 7 y media entraba en clase hasta las 12 y cuando salía me iba a trabajar con las monjas hasta las 8 de la tarde -sin cobrar nada- y desde las 9 hasta la 1 de la madrugada empecé a trabajar en la panadería donde me pagaban 55meticales por día. (1 euro y medio aproximadamente). Los fines de semana trabajaba en la panadería desde las 4 de la tarde hasta las 4 de la madrugada y los lunes iba a la escuela sin haber dormido. Así un año entero, pero mi cuerpo no aguantaba y tuve que dejar la panadería.

Sin duda un ritmo frenético. No entiendo como conseguiste estudiar todo este tiempo.

La verdad es que rendía muy poco en la escuela. Al dejar la panadería me desmotivé bastante porque con lo que me daban de comer las monjas no conseguíamos sobrevivir los dos. Yo me sentía fatal porque Ananías es mi hermano pequeño y en aquella altura dependía totalmente de mí. No podíamos seguir así mucho tiempo.

Algo debió pasar para llegar donde estás ahora. Con un hijo, estudiando en la Universidad de Nampula…

Un sábado, a las 11 de la mañana me presentaron a Tía Alexia. Yo llegué tarde. Fuimos a mi casa y le mostré como vivíamos. Hablamos bastante. Ella se interesó por nuestra situación y me dijo que empezaría a ayudarme a través de las hermanas. Alexia insistía en que fuera más al centro de Khanimambo pero las monjas solo me dejaban salir los domingos. Yo las presionaba para que me pagaran un salario como a los demás pero siempre me lo negaban diciéndome que era un desagradecido. Finalmente Alexia me convenció para que dejara de trabajar para ellas y me dedicara únicamente a los estudios. Ella, con su Fundación, se encargaría de mis gastos y de los de Ananías. Así es como pasé a ser un ahijado de Khanimambo.

¿Entras en Khanimambo y qué te encuentras?

Bueno, yo fui un poco desconfiado al principio aunque enseguida vi que de verdad respondían por mí y me entregué por completo. Mi problema entonces era que constantemente me sentía en deuda con la Fundación. ¡De repente todo tan sencillo! En Chico, que trabajaba aquí hace tiempo, encontré un buen amigo que me enseñó muchas cosas, también aprendí del resto del equipo aunque entonces éramos muy pocos. Yo no podía fallar a Tía Alexia y a mis padrinos y me esforcé muchísimo para llegar a la Universidad donde ahora estoy haciendo medicina dental. Quiero ser un buen dentista.

¿Estudias en Nampula verdad?

Sí, me he trasladado a 2000 km de Xai-Xai para poder estudiar en la Universidad de Lurio. Vivo ahí con mi novia y con mi hijo. La Universidad me ocupa casi todo el tiempo. Ella cocina cuando no tiene clase, se está sacando el graduado escolar. También ayudamos a un niño de 9 años que vive con nosotros, en cierto modo me recuerda mucho a mí. No le pagamos porque no podemos, pero tiene un techo y le ayudamos a estudiar. También le compramos ropa y comida. Él nos ayuda con Shelton, nuestro hijo, y lo cuida cuando estamos fuera estudiando. Paralelamente a los estudios, cuando me sobra algo de tiempo, hago trabajos de coser y muchas otras cosas para sobrevivir y sacarme un extra ya que los gastos principales corren a cargo de Khanimambo.

Shelton… ¿Un poco jovencitos para ser padres no?

Bueno, imagino que en España las personas se lo piensan un poco más. Aquí en Mozambique , tener hijos a los 19, 18, 17 años, incluso antes, es muy normal. Y no, no es lo ideal, me he dado cuenta, pero Shelton llegó porque tenía que llegar y ahora somos responsables de él y lo queremos muchísimo. Estudio y trabajo mucho para darle una vida justa y estable. No lo queremos mimar mucho, aunque lo hacemos, para que aprenda pronto de las dificultades. No quiero que tenga que pasar por experiencias que yo pasé de pequeño. Quiero darle solo lo básico y elemental, que aprenda a sobrevivir y a relacionarse con las personas. A compartir. No sé si algún día voy a ganar dinero pero no quiero que Shelton viva una vida de ricos porque no le favorecería.

Para acabar ya, Gil, desde que entré en Khanimambo me ha fascinado tu creatividad y tu sensibilidad musical. Has compuesto todas las canciones que ahora vemos en los vídeos y que los niños y niñas de la Fundación se aprenden enseguida y cantan a cualquier hora. Cada vez que viene una visita se encandila con tu música y, sinceramente, no sé de dónde has sacado el tiempo y la fuerza para aprender a componer, cantar y tocar la guitarra como lo haces. ¿Que nos puedes explicar al respecto?

Cierto día, no me acuerdo cuando fue, despertó un don en mí que me empujaba a explicar mis cosas, mis sentimientos. Cuando estaba con las monjas cantábamos pero aquellas canciones eran muy aburridas y yo quería siempre ir un poco más allá. Yo pienso mucho y mi cabeza siempre está trabajando así que empecé a crear mis letras. La guitarra la aprendí a tocar de manera autodidacta pero fue un proceso muy natural. Cualquier música en la radio o en la tele servía para inspirarme. Ahora esto de la música ya se ha convertido en una necesidad, tengo que cantar y seguir aprendiendo y mejorando. En este sentido no me interesa tanto el lado el negocio sino transmitir sentimientos e ideas. Me gusta especialmente tocar música afro y marrabenta. Mis influencias directas son Ghorwane, Mingas, José Mucavele (no es familiar mío) y Stewart Sukuma y luego tengo algunas influencias más modernas como G2. Tengo que decir que fue también gracias a Khanimambo que empecé a componer más en serio ya que me encargaban canciones para actos, actividades y ahí comencé a poner a funcionar mi cabeza al máximo. También es cuando más aprendí.

Gracias por todo lo que nos das Gil, que es mucho.

Gracias todos vosotros por estar del lado de Khanimambo. Sé que sin vosotros no habría llegado tan lejos y estoy muy agradecido. Khanimambo.

Blog - Fundación Khanimambo

Gil cantando para los niños

[:en]It is not by chance that Gil Mucavele is the protagonist of our first interview of 2013. He wished us a happy new year in the best way he knows, composing a song in addition to the happiness donation of the pair of sunglasses through which you can see a better world. Gil, for those who do not know him yet, is the boy who plays the guitar in this video.

He joined Khanimambo Fundation in 2008, after a quite odd personal journey. Actually, Gil is odd, he leaves no one indifferent due to his intelligence, creativity and motivation. These three qualities of him are such, that his greatest interest is to transmit, teach and share everything he knows with his colleagues from university and, above all, with his brothers from Khanimambo. Any defect? He is a bit forgetful and not very punctual, but bearing in mind his pace of life, it is totally pardonable.

Good morning, who is Gil Mucavele?

Hi everyone. Gil Mucavele is an orphan child who has always been fighting in order to go ahead.

A 22-year-old kid?

It is because I remember my childhood a lot. My parents took care of us and gave us good education. We were 5 siblings although I never knew one of them and another one died when she was really young. Ananías is the one with whom I have lived the most. I am just two years older than him and we have always gone everywhere together.

What is your more salient memory from childhood?

My father was a heavy equipment operator, he used to work with those heavy machines for building roads and working the land. My mother had large areas of cultivation that produced vegetables and legumes. Everything went really well. On Sundays we used to go to church and spent the whole day dancing, singing, eating… we used to get home very late and tired after playing so much. We were happy.

What disrupted this happiness?

In 1997, my father went to Swazilandia for work and he never returned. We spent four very sad years that ended up with the illness and death of my mother after the floods. By then I was 10, Ananías was 8 and the rest of my siblings had already become independent. We were left completely alone.

Have you received any more news about your father?

Yes, we have. We know that our father is alive because some people and neighbours have seen him but he has never returned home.

And what happened then, Gil? Tell us.

One of our neighbours was a lady who obliged us to go to church every day. She used to insist a lot. And I kept quiet and did everything she told us because she got us food. In the church I met Father Jesús, who was Spanish. He gave me my first job: I did the gardening of the church for 250 meticals (around €7). He also enrolled me in a private school where I took my eighth grade. However, one year later he went back to Spain.

And you were helpless again…

No, I wasn´t. Before his departure, Father Jesús introduced me to some nuns and I changed my routine, from the church to the convent, where I learnt how to work with discipline. There I used to sew, build with cement, clean, do the gardening, anything I was asked to do! In addition, thanks to this stage of my life I started to get some notions of computing. Every time I could, I went to the computer´s room to learn something. I cooked for the children too and I got to learn how to play the guitar.

Did you like your life with the nuns?

Well, I learnt many things, but do you know what? I spent the whole day working for them and I didn´t get paid. I only got a dish with food. I spent a lot of time like this and little by little I kept on doing my things. After a couple of years I enrolled in Joaquín Chissano Secondary School in order to resume my studies. My days were crazy. I used to wake up at 5 in the morning and I made lunch for Ananías and me. At half past seven I started my class until midday, when I went to work with the nuns until 8 pm –without getting paid- and from 9 to 1 am I started working in a bakery where I earned 55 meticals a day (€1.5 approximately). During the weekends I worked in the bakery from 4 pm to 4 am and on Mondays I went to school without sleeping. I spent a whole year like this, but my body could not bear it and I had to leave the bakery.

No doubt it was a very hectic life. I can´t understand how you have been able to study during all this time.

It is true that I couldn´t do much at school. Because of leaving the bakery I was quite discouraged because the food the nuns gave us wasn´t enough for my brother and me to survive. I felt really bad because Ananías is my younger brother and he was totally dependent on me at that moment. We couldn´t go on like that for a long time.

But something special must have happened to lead you where you are right now. You have a child, and you are studying in the University of Nampula…

On a Saturday, 11 am I was introduced to Tía Alexia. I was late. I took her home and showed her how we lived. We talked a lot. She was interested in our situation and told me she would start helping me through the sisters. Alexia insisted on my going to Khanimambo centre but the nuns only let me go out on Sundays. I pushed them to give me a salary as they did with the rest of the people but they always denied it to me calling me ungrateful. Finally, Alexia convinced me to stop working for them and to focus on my studies. She, with her Foundation, would deal with my expenses and Ananías’s. And that is how I became a protégé of Khanimambo.

After joining Khanimambo, what do you find there?

Well, I was a bit cautious at the beginning although I quickly realised that the organisation counted on me, so I devoted myself completely. Then, my only problem was that I constantly felt I was in debt with the Foundation. Everything was so easy all of a sudden! Chico, who worked here since long time ago, became a good friend of as he taught me loads of things. I also learnt from the rest of the team even though we were just a few by then. I could neither disappoint Tía Alexia nor my benefactor so I made a great effort in order to get to the University where now I am studying Dental Medicine. I want to be a good dentist.

You are studying in Nampula, right?

Yes, I am. I moved to 2000 km far from Xai-Xai so that I can study in the University of Lurio. I live there with my girlfriend and my son. University keeps me busy most of the time. She cooks whenever she does not have class, since she is studying for her School Graduate. We are also helping a 9-year-old child who is living with us and in some way he reminds me of me a lot. We also get him clothes and food. He helps us with Shelton, our son, and takes care of him when we are out studying. In addition to my studies, when I have some spare time, I do sewing and many other things that help us survive and get extra money since Khanimambo is in charge of our main expenses.

Shelton… Aren´t you a bit young to be parents?

Well, I guess that people in Spain think more about it. Here in Mozambique, having children at the age of 19, 18, 17, or even before, is very normal. And I have realised this is not the ideal thing, but Shelton came to us because it should be like that and now we are responsible for him and we love him a lot. I study and work a lot in order to provide him with a fair and stable life. I do not want him to go through the experiences I had to suffer when I was a child. I just want to give him the basic and essential things. I want him to learn how to survive and relate to people. To share. I do not know if some day I will earn money but I do not want Shelton to live the life of the rich because it would not favour him.

And finally, Gil, since the  moment I joined Khanimambo I was impressed by your creativity and musical sensitivity. You have composed all the songs that now we listen to in the videos and that boys and girls from the Foundation are learning quickly to sing them every now and then. Every time anybody visits us, they are amazed by your music and, sincerely, I do not know how you can find time and gather strength to learn to compose, sing, and play the guitar as good as you do. What can you tell us about it?

Some day, I do not remember when it was exactly, an innate gift that pushed me to explain my things, my feelings was born in me. When I was with the nuns, we used to sing but those songs were very boring and I always wanted to go a bit further. I think a lot and my mind is always working, so I started to create my own lyrics. I learnt to play the guitar by myself but as a very natural process. Any music on the radio or TV inspired me. Now music has become a need for me, I have to sing and keep on learning and improving. In this sense I am not so interested in any kind of business but in transmitting feelings and ideas. Particularly, I like playing afro music and morrabenta. I am directly influenced by Ghorwane, Mingas, José Mucavele (he does not belong to my family) and  Stewart SukumaAlso, I got some modern influences like G2. I have to say that it was also thanks to Khanimambo that I started to compose seriously since I was asked to make songs for events and activities. It was at that moment when I started to work hard with my mind and, also, when I learnt the most.  

Thank you for everything you give us, Gil, which is a lot.

Thank you all for being next to Khanimambo. I know that I would not have succeeded this much without your help and I am very grateful. Khanimambo. 

Gil tocando la guitarra para ahijados de la Fundación Khanimambo

Gil at 2008 in Khanimambo evenings

[:ca]Que la primera entrevista de l’any sigui a Gil Mucavele no és casualitat. Ell ens ha felicitat el 2013 de la millor manera que sap, composant una cançó per acompanyar el donatiu de felicitat de les ulleres per veure un món millor. Gil, pels que encara no el coneixeu, és el noi que toca la guitarra en aquest vídeo.

Va entrar a la Fundació Khanimambo l’any 2008 després d’una trajectòria personal força peculiar. I és que Gil és peculiar, a ningú deixa indiferent. Intel·ligència, creativitat i motivació n’hi sobren. Tant, que la seva màxima preocupació és transmetre, educar i compartir tot el que aprèn amb els seus col·legues de la universitat i, sobretot, amb els seus germans de Khanimambo. Algun defecte? És una mica despistat i no gaire puntual, però tenint en compte el ritme de vida que porta es tracta d’aspectes completament excusables.

Bon dia, qui és Gil Mucavele?

Hola a tots. Gil Mucavele és un nen orfe que sempre ha lluitat per sortir endavant.

Un nen de 22 anys?

És que m’en recordo molt de la infància. Els meus pares en cuidaven molt bé i ens van facilitar una bona educació. Vam arribar a ser 5 germans tot i que a una germana mai la vaig arribar a conèixer i una altra va morir quan era petita. Ananias és amb qui més he conviscut. Ens portem només dos anys i sempre hem anat junts a tot arreu.

Què més recordes de la teva infantesa?

El meu pare era operador de maquinària pesada, aquestes que serveixen per construir carreteres i llaurar els camps.La meva mare tenia horts molt extensos que produïen verdures i llegums. Ens anava tot realment bé. Els diumenges anàvem a missa i passàvem tot el dia junts ballant, menjant, cantant… arribàvem a casa molt tard i cansats de jugar tant. Érem feliços.

Es va veure alterada aquesta felicitat?

L’any 1997 el meu pare se’n va anar a treballar a Swazilàndia i no el vem veure més. Vam passar quatre anys molt tristos que van provocar la malaltia i la mort de la meva mare després de les inundacions. Llavors jo tenia 10 anys i Ananies 8. Els meus altres germans ja feia temps que havien marxat de casa i ens vem quedar completament sols.

N’heu sabut alguna cosa més del vostre pare?

Si, sabem que és viu perquè hi ha gent i algun veí que l’ha vist però ell mai ha tornat a casa.

Explica’ns que veu fer llavors, Gil.

Teniem una veïna que ens obligava a anar a l’església cada dia. Insistia moltíssim. Jo callava i feia tot el que ella em deia perquè ens portava menjar. A l’església vaig conèixer al pare Jesús que era espanyol. Ell em va donar la meva primera feina, arreglava el jardí de l’església a canvi de 250 meticals al mes (uns 7 euros). També es va encarregar de matricular-me a una escola privada on vaig cursar 8è. Però un any més tard ell se’n va tornar cap Espanya.

I de nou et vas quedar desemparat…

No, el pare Jesús abans de marxarem va presentar unes monges i vaig passar d’anar a l’església al convent. Allà vaig aprendre a treballar amb disciplina. Cosia, treballava amb ciment i maons, netejava, feia de jardiner, etc. Qualsevol cosa que em demanessin! També es veritat que gràcies a aquesta etapa vaig aprendre algunes nocions d’informàtica ja que sempre que podia m’escapava als ordinadors per aprendre’n una mica. També cuinava pels més petits i vaig començar a tocar la guitarra.

T’agradava la vida amb les monges?

Bé, vaig aprendre moltes coses però… saps?, em passava tot el dia treballant per elles i clar… no em pagaven res de res. Només em posaven un plat de menjar. Així vaig passar molt de temps i poc a poc anava fent les meves coses. Després d’un parell d’anys em vaig inscriure a l’Escola Secundària Joaquín Chissano per continuar els estudis. Els dies eren una bogeria. M’aixecava a les 5 del matí i preparava el dinar per l’Ananias i per mi. A les 7 i mitja entrava a classe fins a les 12 i quan sortia me n’anava a treballar amb les monges fins les 8 de la tarda -sense cobrar res- i des de les 9 fins a la 1 de la matinada vaig començar a treballar a un forn de pa on em pagaven 55 meticals per dia (1 euro i mig aproximadament). Els caps de setmana també hi treballava des de les 4 de la tarda fins a les 4 de la matinada i els dilluns anava a l’escola sense haver dormit. Així tot un any sencer, però el meu cos no ho aguantava i vaig haver de deixar la feina a la fleca.

Sens dubte un ritme frenètic. No entenc com aconseguies estudiar tot aquest temps.

La veritat e´s que a l’escola rendia molt poc. Quan vaig deixar el forn de pa em vaig desmotivar molt perquè amb el menjar que em donaven les monges no aconseguíem sobreviure els dos. Jo em sentia fatal perquè l’Ananias és el meu germà petit i en aquella alçada depenia absolutament de mi. Així, no podíem continuar gaire temps.

Alguna cosa deuria passar per arribar a on ets ara. Amb un fill, estudiant a la Universitat de Nampula…

Un dissabte, a les 11 del matí em van presentar a Tia Alèxia. Jo vaig arribar-hi tard. Vem anar a casa meva i li vaig mostrar com vivíem. Vem estar xerrant molt. Ella es va interessar per la nostra situació i em va dir que començaria a ajudar-me a través de les germanes. L’Alèxia insistia per que anés més sovint al centre de Khanimambo però les monges només em deixaven sortir els diumenges. Jo les pressionava perquè em paguessin un sou com a tots els demés però sempre m’ho negaven dient-me que era un desagraït. Finalment, l’Alèxia em va convèncer per que deixés de treballar per elles i em dediqués exclusivament als estudis. Ella , amb la seva fundació s’ocuparia de les despeses i de les de l’Ananias també. Així és com vaig passar a ser un fillol de la Fundació Khanimambo.

Arribes a Khanimambo i què t’hi trobes?

Bé, al principi jo era una mica desconfiat però de seguida vaig veure que s’ocupaven de mi i em respectaven i em vaig entregar per complet. El meu problema llavors era que em sentia en deuda constantment amb la Fundació. De sobte tot era tan senzill! En Chico, que treballava aquí fa temps, hi vaig trobar un bon amic que em va ensenyar moltes coses. També vaig aprendre molt de la resta de l’equip tot i que llavors érem molt pocs. Jo no podia fallar a Tia Alèxia i als meus padrins i em vaig esforçar molt per arribar a la Universitat on ara estudio medicina dental. Vull arribar a ser un bon dentista.

Estudies a Nampula, oi?

Si, m’he traslladat a 2000 km. de Xai-Xai per poder estudiar a la Universitat de Lurio. Visc allà amb la meva companya i amb el meu fill. La Universitat m’ocupa quasi tot el temps. Ella cuina quan no té classe, s’està traient el graduat escolar. També ajudem a un nen de 9 anys que viu amb nosaltres, de certa manera em recorda molt a mi. No li paguem sou perquè no podem, però té un sostre i l’ajudem a estudiar. També li comprem roba i menjar. Ell ens ajuda amb en Shelton, el nostre fill, i s’encarrega d’ell quan els dos estem fora estudiant. Paral·lelament als estudis, quan em sobra una mica de temps, faig encàrrecs de costura i moltes altres coses per sobreviure i obtenir un extra ja que les despeses principals corren a càrrec de Khanimambo.

Shelton… Una mica jover per ser pares, no?

Bé, imagino que a Espanya les persones s’ho pensen una mica més. Aquí a Moçambic, tenir fills als 19, 18, 17 anys, inclús abans i tot, és molt normal. I no, no és lo ideal, me n’he adonat, però en Shelton va arribar perquè ho havia de fer i ara en som responsables i ens l’estimem moltíssim. Estudio i treballo molt per donar-li una vida justa i estable. No el volem mimar gaire, tot i que ho fem, perquè aprengui ràpid de les dificultats. No vull que passi per les mateixes experiències que vaig passar jo de petit. Només li donaré lo bàsic i elemental perquè aprengui a sobreviure i a relacionar-se amb les persones. A compartir. No sé si algun dia jo guanyaré diners però no vull que Shelton visqui una vida de rics perquè això no li ajudaria gaire.

Per acabar ja, Gil, des de que vaig entrar a Khanimambo m’ha fascinat la teva creativitat i la teva sensibilitat musical. Has composat tots els temes que ara escoltem en els vídeos i que nens i nenes de la Fundació canten a totes hores. Cada vegada que arriba una visita s’encaramel·la amb la teva música i, sincerament, no sé d’on has tret el temps i la força per aprendre a composar, a cantar i a tocar la guitarra d’aquesta manera. Què ens en pots dir al respecte?

Un dia, no me’n recordo bé de quan va ser, va despertar en mi un do que m’empenyia a explicar les meves coses, els meus sentiments. Quan estava amb les monges cantàvem unes cançons molt avorrides i a mi m’agradava sempre anar una mica més enllà. Jo penso molt i el meu cap sempre està treballant així que vaig començar a crear les meves lletres. Vaig aprendre a tocar la guitarra de manera autodidacta i va ser un procés molt natural. Qualsevol música a la tele o a la ràdio em servia d’inspiració. Ara, això de la música ja s’ha convertit en una necessitat, haig de cantar i seguir aprenent i millorant. En aquest sentit no m’interessa tant l’aspecte del negoci sinó transmetre sentiments i idees. M’agrada especialment la música afro i la marrabenta. les meves influències directes son Ghorwane, Mingas, José Mucavele (no és cap familiar meu) i Stewart Sukuma; i llavors també tinc algunes influències més modernes com G2. Haig de dir que també va ser gràcies a Khanimambo que vaig començar a composar cançons més seriosament ja que m’encarregaven temes per les festes i activitats i així va ser com vaig començar a posar a funcionar el meu cervell al màxim i també és quan més vaig aprendre.

Gràcies per tot el que ens dones Gil, que és molt.

Gràcies a tots vosaltres per estar sempre del costat de Khanimambo. Sé que sense vosaltres mai hagués arribat tan lluny i estic molt agraït. Khanimambo.

Gil tocando la guitarra para ahijados de la Fundación Khanimambo

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