Echar raíces, como os comentaba en el primer post, es la sección del Blog donde hablaremos de cultura, de historia, de costumbres, de lugares de este vasto país que es Mozambique. Hablaremos de todo esto sin dejar de lado lo más importante. Eso que lo relaciona todo, o sea el carácter de la gente y el estilo de vida local.
Mozambique es un país grande, con gran diversidad social, religiosa, lingüística y cultural. Es un país con una historia apasionante, pues se sospecha que cerca de aquí nacieron los primeros humanos.
Los pueblos de origen bantú fueron los primeros en echar raíces en este territorio, siendo, muchos siglos después, colonizados por árabes, hindúes y portugueses. Todos iban en busca de las mejores rutas comerciales marítimas. El este de África era de vital estrategia para abrirse paso al nuevo mundo.
Los europeos en ruta hacia Asia hacían escala en los puertos ocupados. Algunos siglos antes hicieron lo propio los comerciantes que provenían de las Indias y de la Península Arábiga. Mozambique, además de un país de paso, era una puerta principal hacía las suculentas riquezas del interior de África.
En Mozambique se practicó, y mucho, la esclavitud. Se calcula que a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII salieron de aquí rumbo Asia y las Américas alrededor de un millón de esclavos.
A pesar de la influencia y el expolio exterior, Mozambique ha sabido mantener su cultura. Con el paso del tiempo se ha ido fraguando una identidad cultural propia en muchas disciplinas artísticas. Los artistas más relevantes han sido quizás el músico Fany Mpfumo, el poeta José Craveirinha, los escritores Mia Couto y Paulina Chiziane y el pintor Malangatana Valente Ngwenya.
Iremos hablando de todos ellos y muchos más…