Ayer se marchó de Xai-Xai el equipo de especialistas de la vista de Ocularis Joan Prat. Un equipo formado por Carme, Sebastian, Eva y Jesús que ha realizado un total de 128 revisiones oculares integrales en dos días. Se dice rápido. Un trabajo profesional excelente. Rápido pero meticuloso como la ocasión merecía. Se ha visitado a ahijad@s, a familiares de los ahijad@s y a toda persona de la comunidad de Praia de Xai-Xai que se ha pasado por la consulta a lo largo del fin de semana.
Los doctores se van con un amplio fichero de enfermedades de la vista que tratar. Algunos pacientes (duendes les llamaban ellos) ya han empezado a recibir el tratamiento, otros tendrán que esperar para recibir sus gafas y otros tendrán que ir a Maputo y pasar por el quirófano. Lo más importante es que a la mayoría de casos se les puede dar solución. Una solución que en algunos lugares de Mozambique, y del mundo, es difícil de encontrar cuando no imposible.
Ocularis, cómo ya explicamos en este post, se dedican sobretodo a la formación en países del África subsahariana. Estos días se encuentran en el Hospital Central de Maputo donde realizan varios cursos y clases maestras al personal médico local. Y el fin de semana pasado lo han aprovechado para llegar hasta Xai-Xai y ofrecer asistencia a beneficiarios de la Fundación Khanimambo y de la comunidad en general.
No podemos más que agradecer por tanta dedicación. Algunos de nuestros ahijados, además, han tenido el privilegio de ayudarles en todo lo que hacían. Simião y Ernesto Damião ya son expertos en hacer test de agudeza visual. Dinho se ha convertido en todo un especialista oftalmológico que sabe interpretar, incluso diagnosticar, algunas de las más evidentes enfermedades de la vista. No hace falta decir la enorme motivación que ha supuesto para estos chicos estar trabajando codo con codo con este equipo.
Es pronto para saber si alguno de ellos, algún día, decidirá estudiar medicina y especializarse en una ciencia como esta. Pero lo que es seguro y podemos afirmar es que a partir de hoy saben y han podido comprobar que con estudios, dedicación y amor al trabajo se pueden lograr grandes retos. Se puede mejorar la calidad de vida de muchas personas, se puede hacer que niños y niñas redescubran el mundo y los colores. Se puede sanar el maldito tracoma y tantas cosas más…
Nosotros, además de la alegría que supondrá para tantas familias recibir gafas graduadas y dejar de rascarse los ojos, nos quedamos con su -la de nuestros ahijados ayudantes- cara de satisfacción por el trabajo en equipo bien hecho. Los doctores de Ocularis, con su pasión por el trabajo, han curado, han transmitido energía y buen rollo, han motivado a nuestros alumnos y a nosotros no hay nada que nos haga más felices. Gracias.