Dice la Wikipedia que una azagaya “es un arma arrojadiza primitiva y ligera que se lanza con la mano (como una jabalina)”. Y Edson da Luz escogió el nombre artístico con esta intención, pues sin duda sus canciones son arrojadizas. Sus letras no se lanzan con la mano pero si apuntan hacia una dirección cual buena punta de lanza.

Según cuenta el propio Mano Azagaia, de joven quiso imitar a Method Man de los Wu-Tang Clan además de imitar a todo tipo de pensadores y oradores, cantantes mozambiqueños e internacionales. Dice que fue en este camino de imitaciones cuando se encontró a si mismo obedeciendo a una única fuerza: la de Dios.

Dejando esta última observación de lado, que mosquea bastante tratándose de un luchador social, cabe decir que casi todo lo que suelta por la boca este hombre es interesante, teniendo en cuenta que estamos en un país donde decir según qué cosas puede implicar ser ninguneado, perseguido y encarcelado.

Este vídeo, El ABC del preconcepto, como su título anuncia, es una crítica a las ideas preconcebidas de parte de la sociedad mozambiqueña. Con mucha ironía va desgranando de la A a la Z todos los temas calientes del mozambiqueño de acalle: África, Blancos, jefes (Chefs), Dinero, Extranjeros, ONG’s…

 

En una entrevista, Edson da Luz explicaba que a causa de la crudeza de sus letras, de un carácter muy marcado políticamente en Babalaze, su primer disco publicado, se le hizo muy difícil encontrar espacios en la radio ya fueran públicas o privadas. Y es que al no dejar títere con cabeza, se le aplicó la censura sin contemplaciones.

Por el mismo motivo le cuesta hacerse un hueco en la escena de conciertos oficiales. Las compañías de telefonía móvil, que casi siempre financian estos eventos suelen estar dirigidas por importantes altos cargos del gobierno. Por tanto solo le queda Internet y el circuito underground. Azagaia es una rareza en este país y esperamos que abra camino hacia nuevos espacios de contestación.

En esta canción Azagaia llamaba a la lucha, reclamaba el poder para el pueblo y reivindicaba la violencia contra la violencia policial, toda una declaración de intenciones. Como no podía ser de otra forma, durante los disturbios que hubieron en Maputo en febrero de 2008 y septiembre de 2010, en protesta por la subida de precios de algunos productos básicos, esta se convirtió en la canción del pueblo.

 

Y a Azagaia le costó más de un susto con las autoridades. Sí que le han dejado participar en encendidos debates de la televisión donde suelen confrontarle con artistas que si siguen la línea oficial. Poco a poco se va convirtiendo en un ídolo para los jóvenes, cada vez más desencantados con el gobierno y la administración, cada vez más cansados de vivir con pocas perspectivas interesantes de futuro.

En secreto o en público, todos le admiran. Mozambique está atravesando tiempos convulsos en el plano político y económico y es normal, además de sano y necesario, que surjan artistas sin pelos en la lengua dispuestos a denunciar cualquier tipo de injusticia social.

Su segundo disco, que vió la luz en noviembre de 2013 se llama Cubaliwa que significa nacimiento en sena, una lengua del centro de Mozambique, e invita a repensar muchos aspectos cuotidianos para conseguir un nuevo despertar social. Desea que al ser un disco enfocado más a temas puramente sociales, y no tan políticos, tenga una mejor repercusión mediática que el anterior. Cuenta con el apoyo de algunos músicos de la escena hip-hop local, del rapero angolano MCK, así como de otros artistas de más largo recorrido y prestigio como Stewart Sukuma.