Cada día los medios de comunicación se concentran en decirnos que la crisis va para largo, las tasas de paro y todos los recortes en las ayudas de cooperación hacen que nos echemos las manos a la cabeza, y con un suspiro pensemos en el futuro de nuestra fundación, de nuestros niños, y sus familias.
Francisco no sabe nada de crisis, por no saber no sabría ni escribir esta palabra si no fuese por la ayuda que Khanimambo le ha dado. No sabe de crisis pero a sus recién estrenados 8 años sí sabe a qué huele la vida sin la ayuda de Khanimambo. Cuando hablamos de ayuda, no se trata de una limosna, no. Es un cambio de vida radical, de no ser querido antes y estar sólo en la vida sin estudiar, ni vestir ropa limpia, sin tener un plato de comida cada día delante o un cepillo de dientes de postre, o una casa en la que resguardarse de la lluvia y una mosquitera que le proteja de los mosquitos. Antes no tenía nada, y ahora ¿qué tiene? Todo para vivir una vida digna, una vida con posibilidades a desarrollarse sano y feliz. Y lo está… y la crisis suena sin que su estabilidad se vea afectada. Porque es nuestro compromiso con él, y con los demás que nos necesitan y que hemos decidido ayudar.
No es una relación de dependencia la que tienen los niños con nosotros, es una relación de compromiso. Que es muy diferente. Las madres están más sanas gracias a nuestra ayuda, con fuerza para trabajar (indispensable para estar en Khanimambo) y de cuidar a sus hijos, al mismo tiempo los niños están estudiando muchísimo (los resultados escolares de este año han sido brillantes), y más fuertes y felices. Todo esto es el resultado de nuestra ayuda, de nuestro compromiso con ellos: lo estamos consiguiendo y en unos años, lo veremos más claro aún.
Pero sin vosotros, amigos y colaboradores de Khanimambo, no podríamos tener ese compromiso. El nuestro sí es un trabajo dependiente de la ayuda económica que nos dais cada mes. Y con ella hacemos que Francisco, Adelaida, Gabriel, Fátima, Gloria, Celina, Abilio, Ernesto, Daniel, Adnesia, Liliana y todos los demás tengan la seguridad de que no volverán al infierno del nada, sino que pueden estar tranquilos y estudiar para un mañana con posibilidades de cambiar sus vidas.
Pero las cosas en España están fatal, y por eso os pedimos que no abandonéis este compromiso, que seguimos trabajando con honestidad y pasión en Mozambique y España para que vuestra ayuda sea lo más eficaz posible. Y lo está siendo…
Gil ya está en 3º de Odontología, sin Khanimambo nunca hubiese conseguido acabar sus estudios en el colegio, ir a la universidad y ser uno de los mejores alumnos. Como Gil, todos los demás están luchando por sus sueños, por llegar a tener la formación adecuada para salir de la rueda de la pobreza.
Si nos tuviésemos que ir mañana, todos ellos volverían a hacer cualquier cosa por sobrevivir, la escala de cosas importantes se volvería a reducir a la de encontrar algo que comer. El presente volvería a pesar infinitamente más que el fututo… todos ellos saben mucho más de supervivencia que nosotros. La diferencia ahora es, que están aprendiendo y disfrutando de preparar un futuro muy diferente al que les esperaba sin Khanimambo a su lado.
El camino es largo, las cosas no cambian de un día para otro o de un año para otro. Queda mucho para que Rael y todos sus amiguitos de la actual guardería de Khanimambo vayan a la universidad y nos demuestren cómo este compromiso ha tenido un resultado maravilloso.