El pasado jueves, cuando llegamos a Khanimambo después de una noche de frío y viento, valoramos la opción de posponer la Fiesta para el día siguiente. Suerte que no lo hicimos. Las madres se negaron y motivos no les faltaban. Llevaban 3 días cocinando y preparando comida para 250 comensales. Además se despertaron mucho antes que nosotros para ultimar preparativos. Y para zanjar el tema, sentenció Balbina: hoy no lloverá. Fin de la discusión.

A las diez de la mañana, sin demora, arrancaron los más pequeños con sus bailes. Movimientos corporales bruscos y meneo de cadera. Toda una declaración de intenciones a tan corta edad. Sergio, Alysha y Álvaro, los padrinos que pasaron la semana con nosotros, ya sonreían. Y nosotros con ellos.

Les siguieron las madres. Las reinas absolutas del fiestón. Cómo siempre. Alegría, fuerza y ritmo. Sin palabras.

Las madres dieron paso al teatro y la sátira social. La atención en algunos centros de salud de Mozambique deja bastante que desear y la población lo sabe. Este fue el tema elegido por los niños. Madres a punto de dar a luz, viejos con enfermedades crónicas y niños con dolores de barriga que nadie atiende y cuando lo hacen son ninguneados por enfermeras y doctores que a lo que sí se dedican es a tomar el té y leer las muchas hojas de reclamaciones que se amontonan. Como no podía ser de otro modo, nos reímos muchísimo :-)

Justo después actuaron los chicos de secundaria con la inestimable colaboración de Sergio y Álvaro. Invitados de honor al baile. Y vean ustedes el resultado. ¿Formidable no?

Con los ánimos bien arriba llegó el pase de modelos del que podéis ver alguna foto más abajo y, para finiquitar las actuaciones saltaron al escenario los niños y niñas del Aula 1 de la Escolinha con una preciosa danza tradicional reinventada por ellos mismos. Un lujo contar con tanto talento en Khanimambo…

Antes de comer, algunos de nuestros ahijados hicieron la entrega de cestas a Sergio, Alysha y Álvaro que habían venido desde Singapur y Madrid para vernos. Uno de los momentos más emocionantes, sin duda.

Actuar y bailar abre el apetito y ya iba siendo hora de degustar tan deliciosos manjares: shima con matapa, arroz con feijão, chinguinha y de postres… ¡Maeu!, el postre estrella cuya receta es el secreto mejor guardado de las madres de Khanimambo.

Después del banquete continuamos con juegos y música hasta bien entrada la tarde. Incluso un autobús de estudiantes sudafricanos que pasaba por ahí se sorprendió de tanto jaleo y pararon para apuntarse a la fiesta. ¡Y encima nos regalaron un montón de ropa nueva para repartir entre niños y niñas de Khanimambo!

Un día redondo para despedir el segundo trimestre. Ahora a esperar las notas y dos semanas de vacaciones. Un descanso bien merecido para todos…