Una amiga en el equipo

La primera vez que vi a Isa fue en la cola de embarque de un avión hacia Mozambique. Trataba de convencer a Valentina, afirmando sin muchas palabras y con la cabeza, brazos cruzados como buena gallega, de que yo era yo.

Te digo que es ella, escuché.

Fue hace 4 años en un mes de mayo en 2017. Era su viaje primer viaje a Mozambique, como voluntaria. ¿Quién nos iba a decir a nosotras, que viviríamos momentos tan importantes de nuestra vida juntas?

Isa se convirtió en esas voluntarias que son amigas inmediatamente. Dio mucho más de lo que esperaba recibir, un año después estaba en otro avión hacia Mozambique, esta vez para incorporarse en el equipo.

Es muy complicado de resumir en pocas palabras lo que han sido estos 3 años de trabajo junto a Isa, porque nos ha dado su máximo. Se ha aprendido la vida de todos los niños y niñas para transmitir mejor la atención a los colaboradores. Ha puesto en marcha el Club Vuxaka para que los voluntarios se sientan en familia en khanimambo. Ha trabajado mano a mano con Eric y Blanca para afianzar oportunidades importantes para Khanimambo. Ha convertido muchos amigos en padrinos y madrinas.

Ha acogido a Salviano en Coruña y compartido familia con él.

¡Obrigado, Gracias, Khanimambo!

Y mientras hacia todo esto y más, ha crecido mucho. Ha aprendido y madurado. Y ahora la vida le ha dado una oportunidad nueva, para seguir explorando ese camino tan bonito de ayudar a los demás desde nuestra profesión.

Hoy no me despido de Isa, porque de las amigas no te despides nunca, pero quiero darle las gracias. Isa se va de khanimambo dejándonos a todos con la sensación de haber recibido de ella su máximo.

Gracias, obrigada, khanimambo Isa por creer en que cada niño y niña merecen nuestro apoyo, por dárselo y por construir con nosotros un khanimambo más sólido y estable del que te encontraste en 2017.