A veces, solemos entender el continente africano como un territorio muy homogéneo pero la realidad es como siempre, más compleja de lo que pensamos. Las imágenes que descubrimos en los medios de comunicación suelen tener como principal sesgo el de alimentar una visión a veces en total desfase con la realidad, partiendo de la primicia de que todos los países del continente habrían sufrido acontecimientos semejantes, y estarían hoy día inmersos en situaciones similares.
Pero, a caso, países limítrofes como Tanzania y Mozambique ¿Tienen algo que ver entre sí? Este caso es aún más ilustrativo si nos interesamos por el recorrido realizado por cada país desde los años 50. En efecto, si el primero no vivió ninguna guerra contra las autoridades coloniales, ni tampoco profundas divisiones internas de carácter étnico o político, el segundo atravesó ni más ni menos dos largos periodos bélicos marcados primero por una década de guerra de independencia seguida por quince anos de guerra civil.
Ahora bien, si queremos entender cuál es la capacidad del país para suministrar al conjunto de sus habitantes suficientes alimentos que garanticen su seguridad alimentaria, y atrevernos a esbozar un panorama global, debemos destacar ciertos matices.
Ante todo, tenemos que poner de relieve que Mozambique es un país que destaca por la variedad de sus ecosistemas: altiplanos, zonas montañosas, regiones de sabanas arbustivas, y manglares en la costa por citar solamente algunos de ellos. Por tanto, con razón podríamos pensar que el país, cuya superficie casi dobla a la de España y que cuenta con un número de habitantes que corresponde a la mitad de la población española, dispone de suficientes recursos naturales como para alimentar toda la población. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO) no dudó afirmarlo hace poco[1]. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. La producción de cultivos alimenticios acusa déficit, específicamente los cereales. Esa realidad hace que provincias como Sofala, Tete y Nampula hayan padecido una inseguridad alimentaria aguda.
Cabe entonces preguntarse por qué la población mozambiqueña no consigue sacar provecho del enorme potencial agrícola del país y sigue luchando para intentar “satisfacer sus necesidades alimentarias y vivir de una manera productiva y saludable”[2].
Para responder a esta pregunta, tenemos que referirnos a múltiples factores ligados no solamente a carencias que afectan el sector agrícola a nivel local -como la escasa disponibilidad de alimentos en las familias debido a bajos rendimientos de la producción agrícola, el acceso limitado a medios de almacenamiento, etc.- sino también a realidades demográficas y sociales que afectan directamente a la economía rural como la preeminencia de una agricultura de subsistencia cada vez más sostenida exclusivamente por las mujeres[3], es decir estando completamente solas para hacer frente a las necesidades de la familia y con escasas posibilidades de acceder a nuevas parcelas y/o a herramientas y conocimientos destinados a mejorar la cosecha de sus cultivos.
Otros factores que escapan al control de la población son las inclemencias climáticas como sequías prolongadas o los excesos de lluvias que pueden impactar en la oscilación de los precios de cereales comercializados y limitar el poder de compra de las familias.
Esta muestra muy limitada de parámetros que ponen de relieve el difícil reto de lograr la seguridad alimentaria en el país es un intento para entender por qué, a pesar de la cantidad de recursos naturales de los que dispone Mozambique, la población local sufre altos riesgos de verse afectada de subnutrición y por qué en zonas como en Praia de Xai-Xai, los niños menores de 5 años que llegan a la Fundación Khanimambo padecen altos niveles de malnutrición[4]. De allí, vemos claramente que medidas exclusivamente enfocadas en la mejora de la salud de las madres y de los niños son más que necesarias para contrarrestar los efectos devastadores de las carencias alimentarias sobre los niños y las dolencias derivadas de las graves enfermedades que sufren sobre todo las mujeres…
Para entender de forma atrevida y original la situación estancada en la que se encuentra el país desde los años 60 respecto a sus niveles de producción de cereales como el escaso aumento de ingresos por persona que esta evolución ha generado, os invitamos a darle a PLAY al siguiente gráfico interactivo que pone a nuestra disposición el impresionante portal Gapminder. Fijémonos dónde se situa Mozambique en comparación del resto de países en la esquina inferior izquierda: www.bit.ly/SL32Wo