El pasado viernes celebrábamos el primer año de Humbi Farm con todo el equipo del Centro Munti y de Humbi.

Un año en el que hemos dado inicio al proyecto sobre el terreno, ya que sobre el papel llevaba algún tiempo más cociéndose. Un año que nos ha servido para comenzar una tarea titánica, la de convertir un terreno seco y yermo en casi su totalidad, en un espacio con vegetación abundante y cultivable.

También un año de pruebas y experimentos para saber cuales son los mejores cultivos, en el que aprendimos a preparar abonos, abrimos caminos y accesos a todas las zonas, instalamos energía solar para poder bombear agua desde el pozo, plantamos alrededor de 4.000 árboles y acogimos a los primeros animales de nuestra granja.

Y hoy paramos un poco para echar la vista atrás y para ver el terreno en perspectiva. Y con excepción de las zonas de regadío donde cultivamos, todavía se ve un poco seco y los árboles apenas se aprecian porque son pequeños. Pero sabemos donde están y que en algunos años lo que hoy se ve un paraje invadido por el sol, se asemejará a un pequeño bosque con muchas más sombras donde guarecerse.

Los cultivos ya están aportando valor nutricional al Centro Munti y esta es la gran noticia, lo que destacamos de todo este esfuerzo. Porque esta es la finalidad última del proyecto, abastecer el Centro Munti, dotarlo de recursos para ser cada vez más autosostenibles.

Muchas gracias a todos lo que lo estáis haciendo posible. Especialmente a las tres entidades que están apostando muy fuerte por este proyecto: la Fundación Adey, la Fundación Juan Entrecanales de Azcárate y la Fundación Mutua Madrileña, además de a nuestra queridísima amiga, patrona y vicepresidenta de Khanimambo, Tía Lucrecia.

Avanzamos juntos en el progreso de Mozambique.