La inclusión es el proceso de identificar y dar respuesta a las necesidades de todas las personas independientemente de su capacidad, condición o características personales.

Desde el punto de vista académico, se basa en el principio de que cada uno tiene intereses diferentes y por ello deben ser los programas educativos los que estén diseñados para cubrir esta diversidad.

Estamos de acuerdo con este principio y lo intentamos aplicar a nuestro día a día en cada uno de nuestros programas en el Centro Munti, no solo en el educativo. Es por eso que damos respuestas diferentes a toda la gama de particularidades con las que nos encontramos.

Ya sea en la atención a estudiantes con diversidad funcional, problemas familiares y estructurales, enfermedades crónicas, aceptación de la orientación sexual o identidad de género, trastornos alimentarios o cualquier cuestión relativa a cada uno. Además de todo esto, la inclusión es que todas y todos los alumnos entiendan que el mundo está lleno de personas diferentes y debemos tratarnos con respeto, tolerancia y empatía, alejándonos de estereotipos y abrazando esta diversidad.

Un colegio o escuela es como una microsociedad, una oportunidad para relacionarse con personas muy distintas. Por eso promovemos la amistad en las aulas como uno de los valores más importantes para el desarrollo de los jóvenes. Y solo hay que hacer una visita al Centro Munti para percibir que lo estamos consiguiendo ya que los estudiantes conviven en total armonía y construyen relaciones fuertes y duraderas. Son familia y se aceptan mutuamente.

A principios de este curso escolar ingresó Justino, un niño de 3 años que padece un trastorno del crecimiento llamado acondroplasia o enanismo. El día que llegó fue recibido con todo el amor por parte de sus educadoras Tía Lina, Tía Paula, Tía Nomsa y Tía Jacinta de la Guardería Swivananadonde pasará los próximos dos cursos preparándose para entrar en primero de primaria en la escuela pública. Sus compañeros lo aceptaron desde el minuto uno y hoy aprende, juega y crece feliz totalmente adaptado al ritmo del Centro.

Justino con Tía Lina, educadora de la guardería Swivanana

Khanimambo ofreció ayuda a su madre para tratar su trastorno y así es que han podido viajar dos veces a Maputo para realizar pruebas médicas y comprobar que todo está bien. El enanismo es una condición con la que se puede vivir con total normalidad pero es bueno, en los primeros años de vida, realizar un seguimiento de cualquier dismorfia, sobre todo de la macrocefália, para asegurar que está dentro del cuadro normativo, en este caso.

Desde Khanimambo respondemos a todas y todos con las medidas que estén en nuestras manos y nos comprometemos a dar un seguimiento continuado porque creemos en los resultados a largo plazo. Creemos en la cooperación continuada, en la diversidad y en la inclusión.

¡Bienvenido a tu segunda casa, Justino!